LA ADICCIÓN DE CUANDO ‘LA OTRA’ ES EL TRABAJO
Existen muchas formas de
adicción.
Muchos piensan que solo podemos desarrollar
adicción
a las drogas, la pornografía y los juegos de azar. No es así, podemos también ser adictos a la comida, a las personas, a las compras ¡y hasta al trabajo!
Esta situación afecta profundamente a la pareja, la sexualidad ¡y a los hijos! A los adictos al trabajo les cuesta mucho descansar pues para ellos el trabajo es algo más que una fuente de ingresos o una actividad que aman y necesitan para satisfacer una opción vocacional. Este profundo descontrol llega a cumplir los criterios para diagnosticar una
adicción;
la falta de “su dosis” los desestabiliza, los pone de mal humor y seguramente con
trastornos de ansiedad.
Cuando llegan las vacaciones, los adictos al trabajo ni disfrutan, ni se divierten y no buscan el bienestar. Se sienten perdidos sin el corre y corre de la oficina y se aferran a su computadora o al teléfono para seguir “trabajando”. En fin, no pueden desconectarse, están en un estado de
ansiedad generalizada.
En el fondo, el adicto al trabajo le teme a encarar sus problemas, enfrentar lo que pasa en su vida y en su familia y en sus relaciones significativas y enfrentarlo puede generar
ansiedad
y estrés.
Si su pareja, preste atención a estas señales de alarma. A la larga, esta
adicción
afecta la salud. Los trabajadores compulsivos pierden el sueño, se les altera el apetito e incluso la actividad sexual y buscan excusas para relacionarse con alguna tarea, ya sea llevando trabajo a su hogar o saliendo de su casa para buscarla.
Poco a poco por su
obsesión,
abandonan las cosas que disfrutaban y solían hacer, también a sus amistades y familia (pareja e hijos) sufriendo ambos el impacto de esta
adicción.
Muchos se refugian en esta adicción para olvidar un amor, para no enfrentar un matrimonio que no funciona, traumas de la infancia, un duelo mal resuelto y un gran ETC. Recuerde lo que dijo Freud, el padre de la psicología: ‘El que no ama, trabaja y se divierte termina mal de la cabeza’. Yo le añadiría que termina solo y haciendo que los que ama, se sientan abandonados. Además, terminan enfermos, “quemados” por el estrés excesivo, sin creatividad, sin motivación y enfermos tanto física como emocionalmente. Piénselo, si le pasa esto, necesita
ayuda psicológica
de un buen terapeuta.