Hoy de nuevo vuelvo a enfatizar que los políticos no son sexólogos y que varias instituciones e intereses están empujándonos por el mal camino. La mal llamada «nueva educación sexual» es un desastre que tendrá pésimas consecuencias en la sexualidad humana, las familias y la salud mental del mundo.
¿De dónde sacan los políticos que «el género no existe y que es una construcción social»? Si es así, las mujeres no nacimos con vulva, ni los hombres con pene.
Yo me he pasado la vida defendiendo a los homosexuales y a las minorías sexuales, pero me opongo a este disparate. ¿Qué persigue el lenguaje «neutro» que se utilizará en el nuevo Congreso de EEUU?
Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, y el presidente del Comité de Reglas, James McGovern, dieron a conocer las nuevas normas.
Los términos de género que se suprimirán del Código de Conducta Oficial de la Cámara de Representantes son «padre, madre, hijo, hija, hermano, hermana, tío, tía, primo hermano, sobrino, sobrina, marido, mujer, suegro, suegra, yerno, nuera, cuñado, cuñada, padrastro, madrastra, hijastro, hijastra, hermanastra, hermanastra, medio hermano, media hermana, nieto, nieta», según publicó «The Epoch Times».
El Congreso busca, según Pelosi y McGovern, «honrar todas las identidades de género, cambiando pronombres y relaciones familiares en las reglas de la Cámara para que sean neutrales al género».
¿En serio? ¿En vez de preocuparse por cosas más importantes, como las personas que se han quedado sin trabajo y están en quiebra por las restricciones por el Covid-19? No, para ellos son más importantes los términos.
En vez de ayudar a nuestros hijos y nietos, esta «nueva educación sexual» los confundirá y les creará conflictos sexuales y emocionales. Hay varias razones para afirmar esto:
-La mayoría de los padres no están de acuerdo, y esto pone al niño en una posición horrible: o son leales a sus padres o a sus maestros. Así se crean conflictos innecesarios. El niño se sentirá culpable, confuso, desleal y terminará mintiendo a uno de los bandos. Esa no es una buena educación sexual, que debería empezar por los padres y maestros, para que los niños no sean «adoctrinados» por ignorantes y fanáticos.
-La confusión, la deslealtad y la culpa son elementos que conducen a problemas emocionales en cualquier persona adulta. ¿Cómo será en los niños pequeños que están adoctrinando, como si viviéramos en Cuba?
-Las minorías sexuales no necesitan esto. Ellas estarán bien solo con aceptarlas y amarlas como son. ¡Trabajen en eso! Zapatero a sus zapatos, y psicólogos, sexólogos y educadores cumplamos nuestro trabajo: educar a los que no saben, como a esos políticos que elegimos para guiarnos, y no saben de lo que hablan.