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¿Cómo lograr un divorcio menos dañino?

La muerte de un familiar cercano está considerada como la causa principal de mayor estrés en el individuo, seguida por el divorcio, que también es una situación muy difícil, de duelo y pérdida. Del divorcio, lo que más nos preocupa es el manejo que se le da a este proceso en relación a los hijos.

Los estudios indican que, aunque los hijos del divorcio tienen una mayor posibilidad de tener problemas emocionales, si el divorcio es manejado adecuadamente no tiene por qué causar problemas serios en los “hijos del divorcio”.

¿Pero qué es un divorcio mal manejado y qué lo hace un buen divorcio? Para tener un buen divorcio se requiere casi lo mismo que para un buen matrimonio:

  • Buena comunicación
  • Consideración
  • Respeto por el otro
  • Lealtad
  • Fidelidad

Esto plantea un serio problema: la mayoría de las personas que se divorcian tienen un mal manejo del proceso del divorcio.

Ejemplos de un divorcio mal manejado:

  • Meten a los niños y les preguntan si papá y mamá se deben divorciar o no.
  • Forman bandos, “tú del lado de mamá y tú del lado de papá”.
  • Le hablan mal al niño de su madre o su padre.
  • Una vez que se ha efectuado el divorcio, ven al niño esporádicamente, entre otras cosas peores.

¿Cómo podemos hacer esto mejor?

  • Respetar la “imagen del otro padre”: tanto del que se va como del que se queda con los niños. Esto quiere decir, no hablar mal del otro, ni permitir que otras personas lo hagan (al menos, delante de usted).
  • Decirle y demostrarle al niño que papá y mamá le seguirán queriendo igual y asegurarle al niño que él no tuvo nada que ver con el divorcio.
  • No inmiscuir al niño en el problema de ninguna manera (aun sea un adolescente). Recuerde, el matrimonio y el divorcio son solo para adultos.
  • Mantener una relación lo más cordial y adulta posible con su ex cónyuge comunicándose efectivamente.

¿Le parece muy difícil, verdad?. Eso es fácil si se compara con las consecuencias de hacer lo contrario. Sabemos que es difícil actuar de forma adulta y ecuánime en medio de un gran dolor y caos emocional. Por eso es que dentro de lo posible “debemos prevenir el divorcio”.

De todas formas, una pareja con problemas y en constantes disputas es tan dañina a sus hijos como un mal divorcio. ¿Complicado, verdad? Tan complejo y complicado como lo es el ser humano, como son sus relaciones, pero no imposible. Si no puede solo, ¡para eso está el o la terapeuta familiar!