- Pasa el menor tiempo posible con aquellos familiares con los que sólo te reúnes en ocasiones especiales ¡y porque no te queda más remedio!
- No aproveches estos encuentros para resolver problemas. No es el momento. No generes discusiones o tensiones innecesarias ni juzgues a los demás.
- Sé educado y respetuoso
- Recuerda que no es justo para el resto de la familia que se afecte la fiesta por discusiones. ¡La celebración es de todos!
- Si no puedes compartir el mismo espacio con ciertos familiares mejor no vayas a la fiesta. Siéntete libre de elegir y respetar la libertad de los demás. Defiende tus fronteras sin necesidad de aislarse del mundo exterior. Una buena relación con la familia es enriquecedor.
- Haz que los recuerdos de las personas que faltan se conviertan en algo agradable. Disfruta estando con los tuyos y teniendo vivencias positivas.
- No existe la familia perfecta, intenta aceptar a los miembros de tu familia centrándote en sus cualidades y en lo que puedes aprender y compartir de positivo con ellos. No compares a tu familia con otras; ninguna es mejor que las otras.
- Sé flexible. Las relaciones ‘normales’ no existen. Cada persona es un mundo.
- Pon límites, llega a acuerdos, prioriza tus necesidades y comunícate. No te sobrecargues de responsabilidades, pide ayuda si la necesitas.
- Respeta la relación de tu pareja con su propia familia. No es necesario que estés presente en todo momento.
Fuente: Unidad de Salud Mental Infantil (USMI)