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Una vez me pidieron que escribiera mi opinión, como psicóloga y terapeuta, sobre varios artistas basándome en las entrevistas que se les han realizado en diferentes medios de comunicación.

Soy una persona bastante sincera, directa y clara y eso siempre provoca ronchas. Lo paradójico del tema es que lo que más molestó de todo lo que dije, y dije mucho, fueron mis críticas a la vida sexual de los artistas ¿Por qué? Existe un tabú que nos persigue y sigue dominando la mente de muchos enanos psicológicos. Estos tabúes originan una serie de creencias negativas, machistas y lo peor, disfuncionales, como éstas por ejemplo:

-Una mujer buena, es según ese paradigma, casta, pura y por ende, frígida o anórgasmica, como se dice modernamente.

-Una mujer que tiene varios hombres en su vida, es un avión porque aterriza en cualquier parte. La ven casi como una prostituta que no tiene derecho a ser apasionada y a gustarle el sexo que es solo para hombres.

Por ende, según nuestra sociedad, ser mujer es ser sexualmente disfuncional. No nos dan libertad para expresar nuestra

 sexualidad

  plenamente. Eso está permitido pero solamente si está casada, y no mucho, porque una mujer casada que sabe mucho de sexo, es mal vista hasta por el marido. ¡Una doble moral nos arropa, nos enferma, nos torna disfuncionales e infelices y no le hemos hecho frente!

 

Les juro que fui más fuerte con los galanes, que en su mayoría son mujeriegos y tienen hijos regados por toda la faz de la tierra. Pero eso no está mal visto, eso es ser macho. A pesar de ser fuerte con los hombres, ninguno se quejó por lo que dije de su sexualidad. Claro, eso no habla de su “dignidad”. Indigno fuera decirles homosexuales. ¡Oh Dios, cuanta homofobia, cuanto miedo a ser

 homosexual,

  cuanto miedo a no ser “hombre” según nos dice la sociedad! En resumen, cuanta ignorancia. Debemos estudiar más sobre lo que es ser hombre o mujer, lo que es dignidad, salud mental y funcionalidad. Es tiempo de detener tanta hipocresía, tanta mentira y tanta ignorancia y estupidez.

 

Resumen:

La sociedad nos enseña a base de anticuados tabúes sobre cosas que son muy importantes para la funcionalidad de los seres humanos y se afirman así cosas como:

-La mujer tiene que ser casta, pura, y por ende, anorgásmica.

-Según nuestra sociedad, ser mujer es ser sexualmente disfuncional.

-No nos dan libertad para expresar nuestra sexualidad plenamente. Eso está permitido pero solamente si estoy casada, y no mucho, porque una mujer casada que sabe mucho de sexo, es mal vista hasta por el marido.

¡Una doble moral nos arropa, nos enferma, nos torna disfuncionales e infelices y no le hemos hecho frente!