Cuando nacemos, en las dimensiones espirituales, somos un canal de luz muy conectado a Dios. Esa conexión a Dios se va perdiendo a medida que van pasando las horas y los días después del nacimiento.
Ese canal de luz se empieza a atrancar con cuerdas que canalizan su mente y se hacen nudos en 7 niveles. Es como ver un árbol que tiene cuerdas amarradas casi ahorcándolo. Esos nudos se llaman chakras y hay 7 de ellos. Dicen que la tarea para evolucionar es zafar esos nudos para volver a ser un canal de luz conectado a Dios.
En la oración original del Padre Nuestro en arameo hay referencias a esos nudos y cuerda. Esas referencias se pierden en la traducción que conocemos. Esta es una de las frases:
“….y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”.
Mira cómo varía la frase cuando se traduce del arameo al español sin pasar por griego:
“Desata los nudos de fracaso que nos atan, como nosotros liberamos las hebras que sostenemos de las fallas de los demás”.
Virgen Desatanudos
Pocas personas saben que el Papa Francisco tiene una oración favorita a la Virgen Desatanudos. La comparto contigo para que ya comiences a sanar tu espiritualidad en las otras dimensiones pidiendo ayuda para desatar esos nudos.
A continuación está la oración del Papa Francisco a Nuestra Señora Desatanudos:
Santa María, llena de la presencia de Dios
durante los días de tu vida aceptaste con
toda humildad la voluntad del Padre,
y el Maligno nunca fue capaz de enredarte con
sus confusiones.
Ya junto a tu Hijo
intercediste por nuestras dificultades y,
con toda sencillez y paciencia,
nos diste ejemplo de cómo desenredar
la madeja de nuestras vidas.
Y al quedarte para siempre como
Madre Nuestra, pones en orden y haces más
claros los lazos que nos unen al Señor.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra,
Tú que con corazón materno desatas los
nudos que entorpecen nuestra vida,
te pedimos que nos recibas en tus manos
y que nos libres de las ataduras y confusiones
que nos tienen maniatados.
Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo,
líbranos de todo mal, Señora Nuestra
y desata los nudos, que impiden nos unamos a Dios,
para que libres de toda confusión y error,
los hallemos en todas las cosas,
tengamos en Él puestos nuestros
corazones y podamos servirle
siempre en nuestros hermanos. Amén