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¿Quiénes son los malos?

Desde los 15 años estoy en la televisión, hablando, cantando… Pero nunca me había pasado lo que viví grabando Dra. Nancy, mi nuevo programa. Les cuento:

Un señor se encontró un dinero en el aeropuerto de Miami, en un bolso negro detrás de una columna. Esperó a ver si alguien iba a buscarlo, pero nadie apareció. Tomó el bolso y se lo llevó a su carro, lo abrió y encontró 50,000 dólares. Se fue para su casa y se lo enseñó a su esposa, ella se puso furiosa y le exigía todos los días que lo devolviera.

Ella insistía en que eso no era de ellos, quizás era de una persona que lo ahorró para hacerse una quimioterapia o para su vejez. El esposo le contestaba que no creía eso. Para él, ese dinero era de origen dudoso. ¿Quién andaría con tanto dinero en efectivo en el aeropuerto? Ella se asustó: «¿Y si te vieron y vienen a matarte?».

En esa discusión pasó un mes, y decidieron venir al show para oír mi opinión. Ese día se implementó un sistema de votación para el público: casi el 100% estaba de acuerdo con que el esposo no devolviera el dinero. Las razones dadas son preocupantes:

1. La gente no confía en los aeropuertos. Creen que se quedarían con el dinero, aunque apareciera el verdadero dueño. Yo he perdido muchas cosas en los aeropuertos, solo en Londres me devolvieron una computadora. En el aeropuerto de Miami casi nunca «encuentran» lo que pierdo en los aviones (viajó mucho), ni cosas tan baratas como un libro.

2. No confían en la policía. Contaron una historia que salió en la TV, donde un dinero devuelto a la policía de Miami desapareció cuando «apareció» el dueño. A mí me robó una manager y, a pesar de llevar pruebas, incluso videos, aún espero que la policía de Coral Gables me diga algo. Una vez fui personalmente y me dijeron que la despidiera, que estaban cansados de trabajar para encerrar delincuentes y que los jueces los soltaran.

3. No creen en las instituciones, el gobierno, la justicia, incluyendo a los abogados y los jueces, los políticos, senadores, presidentes, etc. Al oír esto pensé que estaba en mi país de origen, la República Dominicana.

4. Tampoco creen en la Iglesia. Ni la católica, ni la cristiana. Todas roban, incluso entre ellos mismos se roban.

Mi cabeza era un ciclón de pensamientos, y por primera vez no sabía qué decir en muchos años de carrera. La gente confía en lo que digo, eso me da una gran responsabilidad. Lo que decían era cierto. No se debe robar.

Por otro lado, tengo el deber de decir lo que siento y pienso. ¿Dónde están los buenos? ¿Quiénes son los malos? Es una pena. Esto refleja el caos del mundo actual. Por eso me encanta la serie La casa de papel, donde «delincuentes» supuestamente roban al gobierno. ¿Debemos seguir callados y ser cómplices? Las instituciones no sirven.