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No se meta en los pleitos de los niños

Teaser: ¡No se meta en los pleitos de los niños hasta que haya sangre!

 

He repetido esta frase, que no es mía sino de mi gran amiga Silvia Imbert Brugal, una de las mejores terapeutas de niños que he conocido en mi vida y con quien tuve el honor de trabajar defendiendo niños que habían sido violados por padrastros, niños con serios problemas de aprendizaje, etc. !Cuanto aprendí de ella y con ella!

Recientemente publiqué en mis redes sociales una cápsulas sobre este tema y me destiné a leer los famosos comentarios. ¡Que desilusión! Una gran parte de los que comentaron no entendieron el mensaje y hasta proponían “defender ellos a sus niños en las escuelas y de sus amiguitos” o sea, todo lo contrario de lo que les quería enseñar. Todos tenemos niños en la familia, ya sea hijos, sobrinos o nietos y hay algo que los adultos debemos aprender: No se meta en los pleitos de los niños. Los niños, y en especial los hijos únicos, tienen que aprender a comunicarse, negociar, compartir, cooperar, ser amigos e incluso a pelear con otros niños.

Esta es una de las cosas que se enseñan unos a otros los hermanos. De ahí que los hijos únicos, al no tener hermanos, crecen con serias fallas en estas destrezas que los preparan para aprender a “vivir en equipos y trabajar en ellos de forma eficiente”. Al no tener hermanos crecen con una carencia que les hace mas difícil la vida, a menos que sus padres se ocupen de que tengan muchos amigos que les enseñen a compartir, ceder, defenderse con niños de diferentes edades, no ser egoístas, ni celosos y muchas cosas más. Claro que si los padres intervienen los niños nunca sabrán defenderse por sí solos ni aprenderán a negociar para lograr objetivos.

No se meta nunca en los pleitos de los niños hasta que haya sangre. Y cuando haya sangre, intervenga para limpiar las heridas y a castigarlos a todos. Bajo ningún concepto tome parte en el conflicto defendiendo a uno ni a otro, porque solo logrará que el niño supuestamente “culpable” se sienta resentido y más lleno de celos. Como adulto se supone que usted no debe juzgar a ningún niño sin tener en cuenta que usted no conoce a fondo lo que pasó entre ellos.

Claro que no me refiero a un niño que es abusado y golpeado hasta casi morir cosa que tristemente pasa en nuestras escuelas y donde reina la violencia y el abuso. Estamos hablando de pleitos de niños que son hermanos, amigos y que simplemente están “buscando su atención”.

Aunque usted no lo crea, esos conflictos ayudarán a su hijo. El niño tiene que aprender a resolver los conflictos porque cuando los tenga en la escuela y se vea sometido a situaciones de injusticia usted no estará ahí para defenderlo. Tiene que ayudarlo cuando es pequeño a que él aprenda a defenderse con sus iguales que son sus amigos.

Y ojo porque muchas veces tendemos a proteger a los chiquitos porque creemos que son los más indefensos pero los chiquititos casi siempre son diablitos. Son los que van y pellizcan, muerden, rompen las cosas de los grandes y vienen llorando ‘ay mi hermano me quitó esto’. No se meta. Ponga el chiquito también de castigo porque sino usted terminará generando conflictos y celos y se comportará de una manera injusta al hacer que los otros niños se sientan mal.

Por último, nunca exprese que siente preferencia por un hijo, ni diga que ese es a quien más quiere porque eso es abuso emocional. Recuerde que sus hijos van a hacer lo que usted haga y no lo que usted diga. ¡Cuidado con eso!