Se comienza con una idea muy diferente, una variedad, algo nuevo, hasta que aparecen los celos, los enamoramientos de otra persona y los problemas
Ya he abordado el tema de los intercambios de parejas, pero en nuestras redes la gente nos sigue preguntando. Mi enfoque es desde el punto de vista de una sexóloga, terapeuta de familias y parejas.
No voy a decir si está bien o mal, si es “pecado” o no, ni mucho menos lo que piensan la iglesia o las religiones.
La sexualidad ha sido muy limitada por las creencias judeo-cristianas en que fuimos educados, por los tabúes, la doble moral de los supuestamente “puros y castos”, que predican una cosa y hacen otra, y por el permiso que los sexólogos hemos dado a políticos, médicos, periodistas, conductores de TV, sacerdotes, obispos, etcétera, para hablar sobre temas que no dominan y que hoy son ciencia.
Muchos sexólogos se han quedado callados, yo no. Ellos han irrespetado a la humanidad y le han causado mucho daño. Han ignorado los derechos sexuales que existen desde los años 90 y cada médico, periodista, arzobispo o persona común y corriente se cree con derecho a opinar, hablar sobre sexualidad, regir los programas de educación sexual, escribir y hacer “estudios” sobre sexualidad. Y, al tener los supuestos resultados de dichos estudios, no saben ni interpretarlos, porque son unos analfabetos sexuales.
En más de treinta años viendo pacientes, he podido vivir los estragos causados en la vida de los seres humanos por esta situación. Los embarazos no deseados, los embarazos en la adolescencia, los abortos, los matrimonios sin sentido, el divorcio, el abuso sexual, las disfunciones sexuales, la inestabilidad en los matrimonios, el sufrimiento, la depresión y la enfermedad mental a la que puede llevar una mala educación sexual.
Siempre existe esa educación, pero, ¿es mala o buena? Que nadie me diga que es por ignorancia, hoy la sexualidad es ciencia. Yo creo en Dios, él decidió que así naciéramos. ¿Cómo puede ser el sexo algo malo, pecaminoso y feo? Pienso que, si el infierno existe, estas personas están caminando derechito para allá.
En este mundo hipersexualizado, se cree que los sexólogos debemos ser muy liberales y promover un sexo irresponsable. Nada más lejos de la realidad. Si algo debe ser ejercido con mucha responsabilidad es nuestra vida sexual. ¿Por qué?
Hacer el amor no es beberse un vaso de agua. Se mueven fuerzas profundas desde el punto de vista emocional, que pueden dar un giro a tu vida. No es un juego. Por eso es que puede resultar peligroso, se comienza con una idea muy diferente, una variedad, algo nuevo, hasta que aparecen los celos, los enamoramientos de otro que no es su pareja…
El vínculo de afecto, la intimidad y las emociones son fundamentales para tener un sexo de fuegos artificiales, un sexo gourmet. Lo demás es sexo físico, una masturbación entre dos, un sexo mecánico y divorciado de la afectividad. Es lo que llamamos sexo no relacional. Es entregarse a un extraño. Mucho cuidado.