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Los Siete Mitos de la Infidelidad

La infidelidad es una realidad tan vieja como la misma humanidad. Ya Jesús perdonó a una adúltera cuando dijo “Quien se sienta libre de pecado, que tire la primera piedra”.

Las distintas iglesias y diversos credos castigan la infidelidad. La sociedad tiene ante este problema humano una doble moral. Si es el hombre el infiel, es más fácil que se le perdone pero si es una mujer todo el mundo le cae encima, incluso las mismas mujeres. La infidelidad produce mucho dolor. Como bien dice la canción de Paloma San Basilio, en una relación de tres, siempre alguien sale perdiendo. ¡Sin embargo, las estadísticas siguen en aumento!

La Dra. Gloria Mock, famosa sexóloga puertorriqueña publicó algo sobre la infidelidad y dice lo siguiente: “Recientemente, leí varios artículos sobre este tema en la revista The Family Therapy Networker (mayo/junio 1991), el cual me ha servido de base para estos comentarios”.

A continuación encontrarás siete mitos comunes sobre la infidelidad:

MITO: Todo el mundo lo hace, por lo tanto es de esperarse que ocurra.

REALIDAD: La infidelidad no es un comportamiento ¨normal¨. Es síntoma de algún problema.

MITO: Los affaires son saludables pues pueden renovar el matrimonio o la relación.

REALIDAD: Los affaires son peligrosos y pueden ser motivo para que una relación se termine.

MITO: El que es infiel ha dejado de amar a su pareja. La infidelidad es prueba de eso.

REALIDAD: La infidelidad puede darse aún en aquellas relaciones que, antes de ocurrir, sentían amor el uno por el otro.

MITO: La persona con quien se siente el affaire tiene que ser más sexi que la persona engañada.

REALIDAD: En las relaciones de infidelidad existe el sexo, pero lo que motiva a la persona no es necesariamente la búsqueda de sexo. Lo que lleva a la infidelidad son cosas bien variadas.

MITO: El affaire ocurre porque la persona engañada ha fallado en algo y a la otra persona no le queda otro remedio que ser infiel.

REALIDAD: Nadie puede obligar o forzar a otro a tener relaciones sexuales con una tercera persona.

MITO: La mejor manera de lidiar con la infidelidad es pretender que no se sabe nada y así evitar una crisis.

REALIDAD: Las relaciones infieles se mantienen por el secreto y pierden fuerza cuando se reconocen y se enfrentan.

MITO: Si ocurre un affaire en el matrimonio tiene que terminar.

REALIDAD: El matrimonio puede sobrevivir y fortalecerse después de una infidelidad.

La infidelidad es una situación que provoca una crisis. Bien puede llevar a un fortalecimiento de la relación o puede ser la acción que contribuya a terminarla. Hay personas que no aceptan las limitaciones y las imperfecciones de su pareja y la infidelidad no es negociable, automáticamente terminan la relación.

Hay otras personas que pueden lidiar con esta situación y utilizarla para el fortalecimiento de la relación. Es importante señalar, sin embargo, que hay relaciones que han dejado de ser saludables y la infidelidad es la gota que colma la copa. En estos casos, la infidelidad es otro evento más que refleja la situación crítica de la relación. Reflexionar sobre estos siete mitos nos puede servir para clarificar nuestros valores y actitudes y para enfrentarnos a la situación con mucha más claridad”.

Muchos quieren respuestas fáciles y se preguntan ¿cuáles son las causas de la infidelidad? Existen tantas causas como estrellas hay en el cielo.

A pesar de que me parece un aporte interesante el artículo de la Dra. Gloria Mock, existen grandes diferencias en las infidelidades. No es lo mismo ser infiel por una noche o un fin de semana, que tener una amante o un amante fijo durante varios años. De la misma manera que no es lo mismo ser un Don Juan, un playboy a lo Porfirio Rubirosa, a ser un hombre común que tiene una ´´amante´´. Lo que sí es una realidad científica es que la infidelidad es un síntoma, algo que nos dice que hay que revisar la relación de pareja y hay que trabajar con ambos. ¡Tristemente, cada vez hay más mujeres infieles y siempre han habido MUCHOS hombres infieles!

  • La infidelidad casi siempre es un síntoma de que algo anda mal en la pareja.
  • Los dos deben buscar ayuda y ver cómo han contribuido a que esto ocurra.
  • La infidelidad sigue aumentando entre las mujeres.