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Los políticos y la educación sexual

Yo quisiera que alguien me explicará, como sí yo tuviera cinco años de edad, qué hacen los políticos metiéndose con la

  educación sexual.

  Me pregunto esto porque me resulta asombroso cómo en Estados Unidos, un país donde se habla tanto de numeritos, estadísticas y hechos, se atrevan a afirmar que la solución a los graves problemas sexuales o relacionados con la sexualidad sea la abstinencia. Insistir en la abstinencia sexual como solución nunca detendrá el aumento de infecciones de transmisión sexual como el VIH, los embarazos no deseados, los abortos y un triste etc.

 

Solo un analfabeto sexual puede pensar eso. ¿Acaso no saben esos políticos que la

  sexualidad

 es una ciencia, que la terapia y la

  educación sexual

  se han desarrollado en los últimos tiempos de manera increíble y que no hay NINGUNA base científica que sustente este disparate? “Hoy en día existe evidencia considerable de que un enfoque integral hacia la educación sexual que incorpora varias características clave ha logrado fomentar la salud sexual entre los jóvenes reduciendo las conductas de riesgo. Las estrategias basadas solo en la abstinencia no lo han logrado”.

 

Hasta 2009, el gobierno federal de los Estados Unidos había invertido más de 300 millones de dólares en programas de

  educación sexual

  basados solo en la abstinencia. ¡300 millones de dólares desperdiciados! Ni siquiera la Iglesia Católica ha podido imponer la abstinencia a sus sacerdotes. De haber sido eficaz la imposición del voto de castidad a sus curas, la Iglesia Católica no habría tenido que pagar tantos millones de dólares a consecuencia de las demandas por

 abuso sexual

  de sacerdotes a menores.

 

Es escalofriante lo que me dijo un amigo médico: en el material que tiene que estudiar para renovar su licencia, le dicen que la respuesta correcta para educar sexualmente es la abstinencia. No sé si las asociaciones norteamericanas de sexología han hecho algo al respecto. Yo, como latina premiada en un concurso internacional por mi contribución a la

  educación sexual

  de mi país no me puedo quedar callada. Debo ser leal a mi origen y decirle a los latinos que eso no funciona, no es sano, no es buena

educación sexual

  y sus bases no son científicas. El que calla otorga. No fuimos a la universidad para obtener un título y lucrarnos de él. Al convertirnos en profesionales, adquirimos la responsabilidad de enseñar a los demás, de advertirles y prevenirles.

 

Aquí en Estados Unidos soy extranjera, pero como sexóloga me considero ciudadana del mundo. Insistir en la abstinencia como única herramienta de

educación sexual

  es un error que afectará a todo el planeta. Ya está afectando a miles de mentes, a miles de adolescentes, a miles de profesores, familias y parejas. No sé si usted se quede callado pero mi conciencia no me lo permite. El silencio no es una opción, más bien es una cobardía.

 

Sabemos que la conducta sexual del adulto es bien difícil, por no decir imposible de cambiar. Si no me cree, investigue sobre el uso del condón. Son muchos los adultos que se resisten a usarlo, aun sabiendo que esto le puede costar la vida. Cuando afirmo que esto es probable, pensará que quienes no usan condones son los adolescentes, las personas sin educación o irresponsables. Nada que ver. De hecho, muchos médicos, sexólogos ¡y hasta educadores sexuales no lo usan aunque sean ellos precisamente quienes enseñan a los demás la importancia del uso del condón.

Si queremos una sexualidad más responsable, funcional y sana, solo nos queda un camino: la

educación sexual

  integral desde que el niño es pequeño. Tenemos que educar a los padres, a los maestros, a los médicos, a los políticos, a los periodistas y los cineastas, en fin, a todos.

 

La mayoría de la gente que pisa esta tierra hoy es analfabeta sexual. Algo tan importante como el sexo que fue escogido por Dios como forma de que viniéramos al mundo, no debe ser ocultado, temido y visto como asqueroso y malo. Quienes ven mi programa de televisión a diario ¿Quién tiene la razón? y me siguen en mis plataformas digitales (Facebook, Youtube, Twitter, nancyalvarez.com, etc) saben que he desarrollado un espacio para defender valores, enseñar respeto por el otro y el ejercicio de una sexualidad responsable. Lamentablemente, no puedo apoyar la abstinencia como forma de lograr una vida sexual sana y responsable porque simplemente NO FUNCIONA. Como bien dice el argot popular zapatero a tus zapatos. Bastante mal están ya los gobiernos y la política en el mundo. Cuando vayan a incidir sobre algo tan importante, consulten antes a los expertos y HAGAN lo que ellos recomiendan.

Kantor, Leslie M., et al. (2008). Abstinence-Only Policies and Programs: An Overview. Sexuality Research & Social Policy, 5(3), 6–17.