Así se llama un libro que había perdido y que gracias a mi mudanza encontré. Este libro se basa en un estudio sobre
sexualidad
masculina realizado en el 1997 por Ronald F. Levant y Gary R. Brooks. Ambos son doctores en
psicología
con certificación de la Universidad de Harvard y la Universidad de Texas respectivamente. El Dr. Levant es además profesor de la prestigiosa Universidad de Harvard y junto al Dr. Brooks desarrolló una investigación que demuestra, según mi percepción y los estudios más recientes, lo poco que hemos avanzado al respecto desde la publicación hace casi veinte años.
Cuando la mujer va a la cama por afecto y el hombre por lujuria
¿Por qué digo que hemos avanzado poco? Porque la investigación comienza enfocando el tema de los hombres y sus problemas por el sexo “sin relación” producto de lo que la sociedad les pide y de los roles que les han enseñado erróneamente. Me refiero a ser el mal llamado “sexo fuerte”, a la idea de que los hombres no lloran, de que tienen que ser proveedores, no sentir miedo y ser un pene erecto caminando por la vida a toda hora. Estos roles los llevan a una serie de expectativas sobre sí mismos y sus parejas, que son imposibles de llevar a cabo y solo los conducen a conductas disfuncionales y al fracaso en las relaciones.
El hombre aprende que “está bien” tener sexo divorciado del afecto, lo que los autores llaman “sexo no relacional”; sin intimidad o vínculo emocional y solo guiado por la lujuria. Este tipo de sexo es experimentado por la mujer como si las forzaran, casi violadas, mientras ellos lo ven como que simplemente “negociaron” tener sexo con ellas.
Lo triste del caso es que este sexo sin relación es común. Es una adaptación “defensiva” del hombre a las exigencias inhumanas que les hace esta sociedad. Es mucho más complicado que lo que simplifica John Gray en Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus. Esta adaptación “defensiva” se encuentra muy relacionada a las diferencias de género y cómo por ellas somos socializados. Es necesario conocer el impacto, el significado y el origen de este sexo sin relación, ni afecto ya que causa
problemas de pareja
y perjudica a la familia, la educación y el futuro de la sociedad. Y más que a nadie, afecta a los hombres que lo practican impidiéndoles desarrollarse y contribuyendo así a que fracasen en su matrimonio y a que se queden solos en su vejez. Este comportamiento a su vez es aprendido por los hijos y repetido una y otra vez hasta el infinito, reciclando el dolor, la infelicidad y la desconexión entre los hombres y las mujeres del mundo.
Con esto no quiero echarle leña al fuego, no quiero sumarme más a la guerra que existe aún entre los sexos. Mi actitud es conciliar, tratar de que la mujer entienda al hombre y lo ayude a dar el paso, a subir el escalón que necesita, para convertirse en “el nuevo masculino” que pide a GRITOS esta sociedad.
No quiero decir con esto que la
sexualidad
masculina sea mala o necesita ser revisada. Lo que quiero decir es que se vuelve disfuncional cuando solo puede tener sexo sin emoción, sin intimidad. Una relación sexual divorciada del afecto.
Hay que enfrentar el problema y no hacer como el avestruz. Las estadísticas de divorcios indican que las mujeres “dejan” sus matrimonios dos veces más que los hombres. Hay una crisis. ¿Seguiremos ignorándola?
Resumen:
* El tema de los hombres y sus problemas por el sexo “sin relación” producto de lo que la sociedad les pide y de los roles que le han enseñado erróneamente (ser el mal llamado “sexo fuerte”, no llorar, tener dinero, no tener miedo y ser un pene erecto caminando siempre por la vida) debe ser analizado y sus resultados difundidos.
* Estas exigencias llevan a los hombres a una serie de expectativas sobre sí mismos y sus parejas, que son virtualmente imposibles de llevar a cabo. Solo los conducen a conductas disfuncionales y al fracaso en las relaciones.
* El hombre aprende que “está bien” tener sexo divorciado del afecto, sin intimidad o vínculo emocional, solo guiado por la lujuria. Este es experimentado por la mujer como si fueran forzadas, casi violadas.
* Es muy importante conocer el impacto de este sexo sin relación ni afecto, ya que afecta la pareja, la familia, la educación. Afecta a los hombres que lo practican impidiéndoles desarrollarse, contribuyendo a que fracasen en su matrimonio y a que se queden solos en su vejez.
* Esto es aprendido por los hijos y repetido una y otra vez hasta el infinito, reciclando el dolor, la infelicidad y la desconexión entre los hombres y las mujeres del mundo.
* Mi actitud es conciliar, tratar de que la mujer entienda al hombre y lo ayude a dar el paso, a subir el escalón que necesita, para convertirse en “el nuevo masculino” que pide a GRITOS esta sociedad.
* Las estadísticas de divorcios indican que las mujeres “dejan” sus matrimonios dos veces más que los hombres.
* La
sexualidad
masculina no es necesariamente mala, sino que necesita ser revisada, se torna disfuncional cuando solo puede tener sexo sin emoción, sin intimidad, divorciada del afecto.
* Hay una crisis de conexión entre el hombre y la mujer. ¿Seguiremos ignorándola?
1*Traducción libre del título. Men and Sex: New Psychological Perspectives. Ronald F. Levant and Gary R. Brooks. Wiley. 1997.