Debido a que la infidelidad es una pandemia, es muy común la existencia de ‘el hijo de la otra’. Llamamos así al hijo que se tiene fuera del matrimonio y de una unión libre. Es el hijo de ‘la amante’ o ‘la querida’. No vive con su padre, sufre el rechazo de la sociedad y enfrenta el conflicto con sus hermanos. En el mejor de los casos, algunos hermanos lo aceptan pues lo común es que lo ignoren o lo odien, que viene siendo lo mismo.
Me pregunto cómo esto ha sido tan frecuente a través de la historia, ya que desde el punto de vista de funcionalidad y de cómo afecta a los hijos, esta situación debería ser menos común.
¿Quiénes sufren por esta situación?
Las heridas emocionales que crea este conflicto se extienden a todos los que de alguna manera están involucrados. Todos sufren de alguna manera:
La amante
El padre del hijo
El hijo o los hijos
Los otros hijos (los de la esposa)
La esposa, o sea la compañera “oficial”
La familia extendida de todos
La amante:
- Sufre cuando ve en su o sus hijos las consecuencias de ese amor descabellado al que casi siempre se siente atada de una forma adictiva.
- La depresión severa, y por ende la enfermedad seria, (cáncer, problemas cardiovasculares y muerte “espiritual”) será su fin, a menos que salga de ese triángulo más peligroso que el de las Bermudas.
El padre del hijo:
- Aunque “aparenta que todo está bien” y es muy mal juzgado por todos, el padre de ese niño o niños, tiende a sentirse entre dos lealtades, su familia y su amante. Casi siempre es esta la mujer que ama y con la cual tiene ese o esos hijos.
- Algunos no logran resolver el conflicto y terminan abusando del alcohol y las drogas.
- Otros intentan “hacerse sordos y ciegos selectivos” pasando así factura con esto a los asuntos no resueltos de su niñez. Por ejemplo, fueron abandonados por sus padres y le pasan factura a sus hijos.
El hijo o los hijos de ‘la otra’:
- Es este quizás el más afectado. Por lo general, su autoestima es muy baja y siente el dolor de tener y no tener padre.
- La rabia e impotencia ante el sufrimiento de su madre.
- El odio-amor por el padre.
- Tristeza
- Depresión
- Falta de seguridad en sí mismo
- Miedo al rechazo de la sociedad, vergüenza, etc.
- De no trabajarse esto, lo pasará a la siguiente generación, o sea a sus hijos.
Los otros hijos (los de la esposa):
- Confusión, inestabilidad emocional y trastornos de ansiedad son algunas de las posibles consecuencias de este conflicto.
- Casi siempre están en medio de la guerra entre el padre, la madre y la ‘otra’.
- En algunas ocasiones, estos hijos no saben de la existencia del hermano. Otros lo saben, pero la madre ‘les prohíbe’ que se relacionen.
- Los celos con los hermanos o el hermano, la rabia con el papá y la impotencia ante el sufrimiento de la mamá.
La esposa que ha sido traicionada
- Rabia
- Celos
- Inseguridad
- Deseos de dejar al marido, pero no se lo dejará a ‘esa hija de p…’.
- Cuando hay dinero de por medio o la esposa depende emocional y económicamente del esposo, ¡peor se pone el lío y no de ropa! La depresión, el alcoholismo y la drogadicción hacen su aparición ¡y casi siempre para quedarse!
La familia extendida de todos:
- Los abuelos, los tíos, las hermanas, los hermanos, las primas y un gran etc. Se convierten en ‘terapeutas de pareja y familia’ casi siempre para empeorar aún más la situación.
- Ni qué decir de los amigos.
- En este asunto tan complicado, o aprenden y leen o si no van a aportar soluciones y luz al conflicto, ¡calladitos se ven más bonitos!
¡Todo esto le echa más leña a un fuego que no la necesita!
Recomendaciones:
- Si te enamoras de un hombre no disponible, sal corriendo
- Si no puedes hacerlo por ti misma, busca ayuda profesional pero por favor nunca tengas un hijo.
- Si ya lo tienes, busca ayuda de un buen terapeuta familiar y búscala ya.
Aprende lo último sobre Sexo, Parejas, Educación en los Niños y más. Recibe mis consejos a tu correo electrónico todas las semanas. ¡No te lo puedes perder!