La
pareja
funcional no solo es definida en términos de interacciones, o sea de cómo se relacionan, como lo enfocan muchas teorías. Lo que caracteriza una relación de
pareja
saludable, no es solo las conductas deseables entre ellos, sino más bien, un contexto relacional saludable y eso depende en gran medida de las familias de cada uno de ellos, entre otras cosas.
Tener una relación sana de
pareja
es difícil pero no imposible. Las personas que tienen relaciones sanas presentan las siguientes características:
1) Permiten la individualidad.
3) Hacen surgir lo mejor del compañero o compañera.
4) Aceptan los finales.
5) Están abiertos al cambio y a la exploración.
6) Estimulan el crecimiento del compañero o compañera.
7) Experimentan la verdadera intimidad y
vínculos de afectos
fuertes y profundos.
8) Se sienten libres de pedir en forma honesta lo que necesitan.
9) Saben dar de la misma manera que reciben.
10) No intentan cambiar o controlar al otro.
11) Fomentan siempre la autosuficiencia del compañero o compañera.
12) Aceptan las limitaciones propias y las del compañero o compañera.
13) No buscan el amor incondicional.
14) Aceptan el compromiso.
16) Disfrutan la soledad.
17) Expresan espontáneamente sus sentimientos.
18) Dan la bienvenida a la cercanía; se exponen a la vulnerabilidad.
¿Difícil verdad? Pero no imposible. Lo que hace que una
pareja
sea funcional, no solo depende de la conducta y relación de ellos. La familia de origen y el contexto en que se desarrolla dicha relación, deben ser saludables y funcionales también. El amor adictivo no tiene un final feliz casi nunca. Debemos ser independientes para tener relaciones interdependientes. No olvides, ¡la dependencia fomenta el abuso!