Hoy sigo con este tema, porque hay mucho que decir. Como ya mencioné hace unas semanas, suegros tóxicos son aquellos que no respetan el espacio de la pareja y crean conflictos entre ellos. Son realmente destructores de parejas.
¿Cuáles son sus tácticas?
• Invitan a tu pareja sin invitarte a ti.
• Llaman y preguntan por tu pareja sin hablar contigo.
• Se olvidan de tu nombre, o peor aún, te llaman por el nombre de la ex novia o esposa.
• Hablan de ti en tercera persona como si no estuvieras presente.
• Hacen comentarios como: “Si tu esposa cocinara mejor, no estuvieras tan delgado”.
• Son cariñosos con tu pareja cuando lo ven y te ignoran completamente.
• Tratan a los niños como si pertenecieran solo a su hijo(a) y a su familia.
• Te critican delante de su hijo(a) y de tus hijos.
• Te hacen algo para molestarte y tu reaccionas con rabia o ira. Luego van donde tu pareja a quejarse sobre cómo los has tratado.
Aunque estas tácticas sean usadas de manera inconsciente, tú te sientes rechazado. A veces los suegros se comportan así manera para expresar su desaprobación por la elección que su hijo/a hizo al casarse contigo. Pero a menudo lo hacen porque no pueden aceptar la presencia de alguien que su hijo ame. Su hijo es un “amor sustituto”, donde buscan el amor que no tienen o no reciben de su propia pareja (incesto emocional).
Si tu pareja te dice: “¿Por qué no puedes llevarte bien con mi madre? Solo te pido ser agradable con ella”, te sentirás sin apoyo e incomprendido y sobre todo furioso con tus suegros por manipular para que te vea como el malo de la película.
Si quieres que tu relación funcione y sobreviva, tienes que insistir para que tu pareja confronte a sus padres y ponga límites en su relación con ellos. Si tu
pareja piensa que es tu problema y se niega a involucrarse, continuarán distanciándose. Tu pareja tiene que entender que, cuando te casas con alguien, esa persona es la número uno en tu vida. Es tu familia ahora, tu prioridad.
Los hijos que toleran comportamientos dolorosos y dañinos de sus padres con ellos o con su pareja e hijos, son los que nunca han crecido y les han cedido su poder a sus padres. Son controlados por la necesidad de aprobación de ellos.
Si quieren cuidar su relación, necesitan comunicarles a sus padres que han elegido pareja para ser compañeros de por vida, y que deben tratarla con respeto y cortesía. Si ellos hieren o critican a tu pareja, es como si te lo hicieran a ti. Si no se pueden comportar respetuosamente, entonces yo, su hijo/a, no deseo verlos.
“O nos ves juntos y nos tratas con amor, o no nos veras más. Mi casa es mía, no la tuya. Por tanto, cuando quieras venir, llamarás primero a ver si te podemos recibir. Cuando vengas, jamás nos dirás cómo llevar nuestras vidas, educar a los hijos o arreglar nuestros muebles”.