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¿CANSADOS DE PERDER?

La historia de Abraham Lincoln es aleccionadora para la humanidad. De haberse “cansado de perder” no se habría convertido en presidente de los Estados Unidos, pues durante 28 años fue de fracaso en fracaso. Se postuló en 9 veces a la presidencia. Nunca se “cansó de perder”.

Albert Einstein, uno de los cerebros más luminosos de la humanidad no se cansó cuando le aconsejaron que dejara de estudiar y se dedicara “a otra cosa” porque no era bueno en matemáticas.

Thomas Edison fracasó muchas veces. Más de 60 mil intentos para que la bombilla funcionaria. Hasta su padre lo consideraba un inútil. Suerte que no se “cansó de perder”. Como tampoco lo hizo Walt Disney rechazado como dibujante en más de una ocasión. ¿Y qué decir de Elvis Presley al que le aconsejaron muchas veces que siguiera “como camionero” y dejara el arte?

Enrique Carruzo tenía problemas con las notas. Lo intentaba una y otra vez. Pero fracasaba. Sin embargo, no se “cansó” de intentarlo; por eso logró ser uno de los mejores tenores de la historia.

Juan Bosch, después de ser presidente de la República en 1963 por apenas 7 meses, intentó volver al cargo, sin lograrlo, seis veces.

Peña Gómez, el líder de masas más extraordinario que ha tenido el país (Republica Dominicana) orador excepcional, se postuló en tres ocasiones a la presidencia, sin alcanzarla.

Ignacio Lula Da Silva no se “cansó de perder”. Aspiró a la presidencia de Brasil en 5 oportunidades hasta que finalmente llegó a su meta. Fue dos veces presidente del gigante suramericano.

“Aquí yace el próximo presidente de Chile”. Así bromeaban con Salvador Allende que aspiró en cuatro oportunidades hasta convertirse en uno de los mejores y más populares mandatarios de su país.

El propio Danilo Medina (actual presidente re Republica Dominicana)es un ejemplo de perseverancia. Perdió frente a Leonel, de Hipólito en el 2000. Luego Leonel y el Estado lo derrotaron más de una vez. No se “cansó de perder”.

La política no es una lotería, ni una gallera. La política es una ciencia. Y como tal debe ser tratada. Y los políticos no juegan, ni se cansan hasta no alcanzar sus metas de llegar al poder.