“El trabajo más importante no es la transformación del mundo, sino la transformación de nosotros mismos” – Juan Pablo II
La familia es un lugar de conflicto, aunque debería ser el colchón donde refugiarnos cuando todo va mal, el útero que nos sostenga siempre. Lamentablemente, no es así.
En las familias surgen muchos triángulos, no solo cuando un hombre casado tiene una amante y en vez de dos personas en la pareja, hay tres.
Surgen triángulos cuando dos hermanos se unen contra un tercero, cuando la madre y la hija se unen para atacar al padre, cuando la abuela o la tía se unen al padre para criticar o juzgar a la esposa. Nacemos en relaciones de triángulos, el bebé viene al mundo y forma un triángulo con papá y mamá.
Muchos padres se ponen muy celosos de sus hijos, porque de hecho, les roban mucha atención y tiempo de la esposa. Todo nacimiento de un bebé crea conflictos, esa es una de las razones por la que no se debe tener hijos poco después de casarse. La pareja necesita tiempo para consolidarse y formar un nosotros, sin la intervención de los padres y familiares de ambos. Cosa que casi nunca se logra, debido a que la mayoría de nosotros nos casamos sin resolver nuestra dependencia de la familia, léase mamá, papá, hermanos, abuelos, etc.
De ahí que insista tanto en que para casarse y tener una relación sólida, necesitamos primero divorciarnos de nuestras familias. Pero hay que hacer un buen divorcio, o sea, nunca debemos abandonar la familia, ni hacer un corte emocional con ellos. Como bien decía Murray Bowen: distancia física no es distancia emocional. Si nos alejamos físicamente de la familia y cortamos la comunicación (corte emocional) no significa que resolveremos el problema, porque emocionalmente somos una unidad.
La familia es una unidad emocional, si uno está mal, todos se afectan. No importa que uno este en China y otro en el Caribe, repito: distancia física, no es distancia emocional. Alejarse físicamente de la familia, manteniendo el contacto, puede ser necesario cuando existe abuso, cuando el conflicto y la ansiedad es tal que afecta la salud.
¿Cómo sanar las heridas con la familia?
El único verdadero camino es SANAR las heridas con la familia pero cómo lograrlo. He aquí algunas recomendaciones:
- Rompe los triángulos: no hagas alianzas de un grupo familiar contra otro, no tomes partido, ni escojas un bando.
- Habla sobre los temas no resueltos, las emociones y sentimientos sin “engancharte” o lo que es lo mismo, manteniéndote objetivo, viendo el punto de vista de cada uno sin tomar partido de un lado o de otro. En fin, tener la capacidad de “ser yo mismo estando con ellos”.
- Es sano que digas lo que piensas, pero sin juzgar, criticar, ni comparar y siempre desde la posición yo. ‘Yo creo, yo pienso, a mí me parece’. Si escogiste un bando, o formaste una alianza, ya no puedes ser objetivo, pierdes credibilidad y creas más conflicto. Eso es chisme y ya no estás manejando el problema con deseos de resolverlo. Por ejemplo, si dos hermanos tienen una seria disputa y le das la razón a uno, sin escuchar al otro, ya te triangulaste y al que dejaste fuera de esa alianza le causas dolor.
¿Qué debes hacer en un caso así?
- Escuchar a ambas partes sin opinar.
- Hacer preguntas para entender lo que ocurrió.
- No emitir juicios hasta no tener clara la situación.
- Puedes escuchar al que se acerque primero para que sienta tu apoyo, pero no tomes partido.
- Mantén la cabeza fría. Piensa, no te dejes llevar por las emociones.
Quiero destacar lo importante que es no decir nada hasta que no oigas la otra parte. Haz lo mismo con el otro. Cuando tengas clara la situación, puedes dar tu opinión a ambos, decir en qué crees que falló cada quien y siempre aclarar que es así como lo ves, pero que pudieras estar equivocado.
Promueve la armonía y la comunicación respetuosa entre las partes en conflicto.
¿Ves por qué crear alianzas en un conflicto no ayuda? Por lo general la gente se engancha emocionalmente, se van con un bando….y en ese momento se triangulan, anulando toda posibilidad de solucionar el problema, creando resentimiento y lejanía en la familia. Por ende: MÁS CONFLICTO.
RESUMEN:
- La familia es un lugar de conflictos, en vez del útero de protección que debiera ser.
- La familia es una unidad emocional, distancia física no es distancia emocional.
- Toda relación de dos tiende a meter a un tercero (triángulo) cuando aumenta la ansiedad en esa relación.
- Si esa tercera persona no se mantiene en una postura objetiva, sin aliarse a ninguna de las partes que lo “invitaron” a participar en su conflicto, en vez de ayudar agudiza el problema. Lo convierte en un chisme.
- Ser objetivo, no hablar sin base y cuando lo hagas, hazlo desde la posición Yo, es la clave para ayudar a resolver los conflictos.
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