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Relaciones familiares y estabilidad emocional

El amor mueve el mundo, hace sufrir, te lleva al cielo sin morir o te hace puré en segundos. Así como el amor produce las emociones más hermosas nos puede lanzar a los más feos y poco dignos sentimientos como el rencor, el odio, los celos, la rabia, los sentimientos de abandono y la competencia desleal.

¿Por qué el amor nos sacude de esta manera? ¿Por qué es difícil entender que un amor acabó y que no hay nada que hacer? ¿Qué hace tan corto el amor y tan largo el olvido?

Esas son preguntas claves y sin respuestas fáciles.

¿Cómo influye el hogar en que sus integrantes tengan buena autoestima?

  • La persona debe crecer en un hogar donde el amor es lo que permea las relaciones.
  • Donde hay reglas, pero son flexibles.
  • Donde se siente importante y
  • Donde se le protege y a la vez se le ayuda a tomar sus propias decisiones.
  • Donde se le permita ser él mismo.

Si además esa persona cuenta con apoyo emocional de amigos y familiares solidarios, difícilmente tendrá una reacción despechada y violenta. Ese apoyo le sirve de ancla emocional. Es decir, que tiene puertos a donde llegar y ser confortado, socorrido y auxiliado.

Pero yo me pregunto ¿dónde están esas personas? En nuestros países la mayoría de las familias están encabezadas por mujeres y los padres brillan por su ausencia en la vida del hogar. Los hijos crecen abandonados, casi siempre por el padre, y el abuso

psicológico, físico y sexual es el pan nuestro de cada día. Sin anclas emocionales, es de esperarse que cualquier abandono por una pareja cree, en estas personas, un caos difícil de superar fácilmente.

Son como casas sin una buena base. Cualquier ciclón se las lleva. No quiero decir con esto que perder un amor o una pareja, no sea doloroso. Claro que lo es, pero será posible superarlo si usted tiene esta estructura fuerte que da la aceptación, el amor incondicional y la autoestima fuerte y positiva.

La futura vida emocional de nuestros hijos y su futura vida sexual y de pareja, tiene mucho que ver con lo vivido en su

hogar, con su autoestima y con sus relaciones paternas, con los vínculos de afecto que tiene con ellos. Ser papá y ser mamá es una gran responsabilidad, pero nadie nos prepara para serlo.

No olvide que un ser humano celoso, despreciado y abandonado, es más peligroso que una bomba atómica. Quiero aclarar que ningún padre quiere hacerle daño a sus hijos. Todos tenemos una mochila emocional que, queramos o no, se recicla con los seres amados. Si no lidiamos con esa carga emocional, si no sacamos las piedras de la mochila, haremos daño sin querer a los seres que amamos.

Por eso cada día hago cosas para que la gente comprenda esto y me angustia lo poco que entiende nuestra sociedad y la poca atención y esfuerzo que se le dedica a trabajar con el verdadero motivo del caos que hay en el mundo y su sufrimiento.

Todos podemos poner un granito de arena, comenzando por nosotros y los que amamos o nos aman.