Escrito por Luis Fernando Veríssimo, escritor brasileño (Porto Alegre, Rio Grande do Sul, 26 de Septiembre de 1936)
La falta de respeto por la naturaleza ha afectado la supervivencia de varios seres, y entre los más amenazados está la hembra de la especie humana.
Tengo apenas un ejemplar en casa, que la mantengo con mucho celo y dedicación, pero en verdad creo que es ella la que me mantiene.
Por lo tanto, por una cuestión de auto-supervivencia, lanzo la campaña “Salvemos a las mujeres”.
Reciban mis pocos conocimientos sobre la fisiología de la feminidad, con el fin de que preservemos los raros y preciosos ejemplares que todavía quedan:
1. Hábitat:
La mujer no puede vivir en cautiverio. Si está enjaulada, huirá o morirá por dentro. No hay cadenas que las aten y las que se someten a la jaula pierden su ADN. Tu jamás tendrás la posesión sobre una mujer en cautiverio; lo que la atará a ti es una línea frágil que necesita ser reforzada diariamente.
2. Alimentación correcta:
Nadie vive de la brisa. La mujer vive de cariño. Désela en abundancia. Ese es tu problema…., porque si ella no lo recibe de ti, lo buscará en otro. Besos matinales y un “yo te amo” en el desayuno la mantiendrá bella y perfumada durante todo el día. Un abrazo diario es como el agua para los helechos. No la dejes deshidratarse. Por lo menos una vez al mes es necesario, si no obligatorio, servirle un plato especial.
3. Flores:
También hacen parte del menú. La mujer que no recibe flores se marchita rápidamente y adquiere rasgos masculinos como la brusquedad y el trato áspero.
4. Respeta su naturaleza:
¿No soporta la TPM (tensión pre-menstrual)? sino cásese con un hombre. Porque las mujeres menstrúan, lloran por cualquier cosa, les gusta hablar de cómo les fue en el día, de discutir sobre la relación. Si quieres vivir con una mujer, prepárate para eso.
5. No restrinjas su vanidad:
Es propio de la mujer hidratar su cabello, pintarse las uñas, pintarse la boca, estar todo un día en el salón de belleza, coleccionar aretes, comprarse muchos zapatos, pasar horas escogiendo ropas en un centro comercial. Comprende todo esto y apóyala.
6. El cerebro femenino no es un mito
Por inseguridad, la mayoría de los hombres prefiere no creer en la existencia del cerebro femenino. Por ello, buscan aquellas que fingen no tenerlo (y algunas realmente lo jubilaron). Entonces, aguanta: Una mujer sin cerebro no es mujer, sino un simple objeto decorativo. Si tu estás cansado de coleccionar estatuillas, intenta relacionarte con una mujer.
Algunas te mostrarán que tienen más materia gris que tu. No le huyas, aprende con ellas y crece. Y no te preocupes; al contrario de lo que ocurre con los hombres, la inteligencia no funciona como repelente para las mujeres.
7. Nunca le hagas sombra …
Si tu quieres ser un gran hombre ten una mujer a tu lado, nunca atrás.. De esta forma, cuando ella brille, tu te broncearás. Sin embargo, si ella está atrás, tu recibirás una patada en el trasero.
8. Acepte:
Las mujeres también tienen luz propia y no dependen de nosotros para brillar. El hombre sabio alimenta los potenciales de su compañera y los utiliza para motivar los propios. Él sabe que, preservando y cultivando a su mujer, él estará salvándose a sí mismo.
Mi amigo, si tu piensas que la mujer es demasiado costosa, vuélvete GAY.
¡Sólo tiene mujer quien puede!
Luis Fernando Veríssimo